Era otra hermosa mañana en el hospital Fernández, en la que el Dr. Bolsillo y la Dra. Pandereta se disponían a comenzar el día sin saber de la magia que les esperaba.
Luego de pasar por varias salas y cuartos, hicieron sonar la puerta de la habitación 14, donde estaba recostada Luna, una pequeña beba. El amor que había en esa habitación, era inconmensurable.
Una vez adentro, apareció el juego y, como por arte de magia, las canciones. De pronto, al comenzar a escuchar las primeras notas musicales, Luna levantó la vista, con una mirada llena de entusiasmo y a la vez curiosidad. Mientras se sucedía la canción, comenzó a danzar las manos con movimientos hermosos, sutiles, como una bailarina. Al descubrir esto, entendimos qué era lo que estaba sucediendo: Luna era una gran maestra de baile. Continuamos cantando entonces pero con la felicidad y el objetivo de seguir los pasos de danza que Luna nos estaba mostrando. De esta manera, mientras el Dr. Bolsillo tocaba la guitarra y cantaba, la Dra. Pandereta seguía la hermosa danza que Luna proponía y durante ese ratito mágico, de música y baile hermanados, el tiempo pareció detenerse.
Pasaron así las semanas, siempre con la alegría de llegar a la puerta número 14 para encontrarnos con la bella bailarina que cada vez nos sorprendía con un paso nuevo, lleno de amor. La danza de la Luna.
Dr. Bolsillo (Juan Noodt) y Dra. Pandereta (Ángeles Camblong)
Hospital Fernández