Alegría Intensiva

Un casamiento único

casamiento

Roberto: ¿No me regalás tus anteojos?

Dra. Nivea: ¿Mis anteojos?

Dra. Estela: Nivea, me parece que alguien se enamoró de usted…

Dra. Nivea: ¿En serio? ¡Ay!, ¿entonces nos vamos a casar?

Esas palabras mágicas desataron lo que pocos segundos después se convertiría literal y metafóricamente en una fiesta adentro de una de las habitaciones de la sala de hemato-oncología del Hospital Posadas.

Roberto es un chico de unos 18 años que nos espera ansioso y entusiasmado cada vez que vamos al hospital. Esta vez, aguarda en el pasillo y casi que el juego lo propone él y todos nos subimos al viaje.

Dra. Nivea: ¿Entonces nos vamos a casar?

Roberto: (Lo piensa) Sí

La Dra. Nivea salta de la emoción, luego salta la Dra. Estela, también emocionada. Se abrazan, comparten su alegría con el resto de los chicos de la habitación, con las madres que están chochas por lo que está por suceder, y con las médicas y los médicos del sector, que enseguida acompañan y alimentan el juego.

Antes de darle rienda suelta a la boda, la Dra. Estela decide tomar todas las precauciones necesarias:

Dra. Estela: A ver, a ver… ¿Roberto, qué es más importante, el súperclasico o el casamiento?

Roberto nos mira risueño. (El superclásico es uno de nuestros juegos clásicos con él: es de River, y muchas veces es el material que elegimos los tres para divertirnos el rato que compartimos). Claramente el súperclásico no es una pavada, pero sin dudarlo contesta:

Roberto: El casamiento es más importante

Eufórica, la Dra. Nivea salta de alegría, llama a todos los médicos que, curiosos, miran desde la ventana aún algo tímidos, y los invita al evento. Con la Dra. Estela preparan el escenario y se felicitan. Los médicos aceptan ser los testigos, las madres también, ¡y los nenes y nenas también! ¡Todos quieren ser parte de la fiesta! ¡Nadie quiere quedar afuera!

Roberto y Nivea se acomodan juntos, ansiosos. Estela los va a casar, ¡todos festejamos!. Un médico nos acerca una mesita que simulará ser un altar. Una mamá ansiosa se acerca casi corriendo mientras se saca sus anillos para entregárnoslos. Una nena nos trae tímidamente sus peluches. Otra mamá dice, pícara: ¡Epa! ¿Ya tienen hijos? Todos reímos Todos somos parte. Es un casamiento con barbijos, con camillas, con médicos y payasas. Es un casamiento con risas, emociones, juego. Un casamiento con fantasía, especial. Es un casamiento único.

Dra. Estela: ¡Damos comienzo a la ceremonia! (Todos observan atentos) Señor Roberto, ¿acepta a la señorita Nivea, para amarla, llevarla a pasear…? ¿Nivea quiere pedir sus deseos?

Dra. Nivea: ¡Sí! Para llevarme a pasear por todo el mundo, conocer lugares muy lindos, meternos al mar a conocer peces de muchos colores, traerme todos los chocolates que existan en el universo…

Las mamás y las médicas no se aguantan las ganas y agregan:

-¡Pedile ropa!

-¡Que te cocine!

-¡Que lave los platos!

Dra. Nivea: ¡Ay, sí, me encanta! Bueno, todo eso… (por lo bajo) ¡Basta, chicas, que si no va a salir corriendo! (ellas ríen)

Dra Estela: Roberto, ¿acepta a la señorita Nivea como su esposa y todo lo antedicho…?

Roberto: (Duda) Sí, acepto.

¡Bravoooo! Todos festejamos. La emoción es cada vez más inmensa, nos inunda los corazones, la sala, el hospital. Una emoción que borbotea y sube, sube, sube… y nos permite nadar en ella.

Dra. Estela: Señorita Nivea, ¿acepta al señorito Roberto para amarlo…? ¿Quiere pedir sus deseos, Roberto?

Roberto: Sí. Todo lo mismo que pidió ella… (Se detiene, está pensando realmente, no quiere desaprovechar su oportunidad de pedir su deseo, se toma el juego muy en serio, hasta que finalmente confiesa) …y amor.

Todos quedamos conmovidos, en silencio, viendo al corazón de Roberto abierto de par en par en este juego tan hermoso…

Dra. Nivea: ¡Ay, sí, acepto, acepto!

Todos aplauden, emocionados, y las doctoras se van festejando. Festejando el casamiento, pero sobre todo festejando la posibilidad de estos inexplicables y bellísimos momentos que nos regalan las mañanas de hospital de Alegría Intensiva.

Desde la ventana vemos la habitación increíblemente transformada: todos, absolutamente todos, tienen una sonrisa grabada en el rostro. Lo felicitan a Roberto, hacen chistes y comentarios de lo que acaba de suceder. La fiesta sigue. Y seguirá…


Dras. Estela Tarde
(Erika Veliz) y Nivea Pons (Lucía Schaab)
Hospital Posadas