La primer palabra que escuchamos de Martín fue un no. Estaba acostado en el sillón de su habitación y, de espaldas a nosotros, le dijo a su mamá que no. No quería que entráramos.
La semana siguiente volvimos a tocar la puerta de su cuarto y a preguntarle si podíamos pasar. Lo encontramos jugando con su tablet. Preguntamos si podíamos pasar y con un pequeño gesto, casi indiferente, nos dio un pequeñísimo sí. Entusiasmados, nos agarramos de ese pequeño sí y entramos. Martín no sacaba los ojos de su juego y entendimos que ahí estaba la llave para poder conectar con el.
“¡Saltá, saltá! ¡Agarrá el trébol! ¡Saltá, saltá!”, gritamos los payasos tan atentos a la pantalla como Martín.
Hasta que la Dra. Maní dijo: “¡Yo quiero jugar a ser el muñequito!” Y se acomodó frente a Martín, su mamá y el Dr. Roberto, que gritó: “¡Saltá, saltá! ¡Agarrá el trébol! ¡Saltá, saltá!” Ohhhh. Perdiste. ¡Cambio!
Ahora era el Dr. Roberto el que saltaba y la Dra. Maní la que relataba. “¡Agarrá el trébol! ¡Saltá, Saltá!” Ohhhhh. Perdió.
El juego volvió a comenzar y esta vez fue Martín quien le decía qué hacer a los payasos.
Salimos de la habitación cansados de tanto saltar y contentos de haber podido al fin jugar con Martín.
Dra. Maní Curí (Luciana Buschi) y Dr. Roberto (Juan Matías Garoberea)
Hospital de Niños Pedro Elizalde (ex Casa Cuna)